Señor Dios, míranos. Mira esta
ciudad, esta isla. Mira a nuestras familias.
Señor, a Ti no te
faltó el trabajo, fuiste carpintero, eras feliz.
Señor, nos falta
el trabajo.
Los ídolos quieren
robarnos la dignidad. Los sistemas injustos quieren robarnos la esperanza.
Señor, no nos
dejes solos. Ayúdanos a ayudarnos entre nosotros; que olvidemos un poco el
egoísmo y sintamos en el corazón el “nosotros”, nosotros pueblo que quiere ir
adelante.
Señor Jesús, a Ti
no te faltó el trabajo, danos trabajo y enséñanos a luchar por el trabajo y
bendícenos a todos nosotros.
Del Papa Francisco al
final del encuentro con los trabajadores (Cagliari. 2013)